Serie “L´Étude de la Solitude” (El Estudio de la Soledad)
“El impulso de la creación empieza a menudo de manera aterradora, en un túnel de silencio.” escribió Adrienne Rich.
La última creación artística de Vincent Bousserez nació con una necesidad: enfrentarse a sí mismo. El hombre frente al hombre. El hombre frente a la naturaleza. El hombre frente a su soledad.
Se fue al Gran Norte a capturar imágenes, magnetizado por esa región desde hace mucho tiempo. Pero el artista no sólo quería traer imágenes en las cuales el espectador se perdiera intentando entender quién es.
Vincent Bousserez quería experimentar esta vez una verdadera pérdida de referencias, tangible y perderse a sí-mismo.
Tuvo entonces que emprender un viaje en condiciones extremas.
36 horas. Un viaje en una zona totalmente desértica del círculo polar. Una noche en vela, solo, en un lugar totalmente surrealista, iluminado por el rayo de su lámpara frontal, tal como la mirada monocular del cíclope.
Salida desde París en las auroras. Un primer avión para la capital finlandesa. Un segundo para el extremo nordeste del país. La noche. 100 km de pistas de hielo en un 4×4. Una caminata de 3 horas con zapatos de nieve hacia un lugar donde jamás nadie había dormido antes. Una noche en vela en el corazón de un bosque literalmente congelado con -30°C.
Un peligro y una soledad reales para una creación pura.
Unas horas para experimentar la libertad, la intensidad, la inmensidad pero también el microcosmo.
Al final, 8 fotos mágicas que ponen en escena las problemáticas fundamentales de Vincent Bousserez: la relación entre el hombre y la naturaleza, la soledad y el lugar del individuo en esta inmensidad.
Virginia Woolf, refiriéndose a la creación infinita fruto de la soledad, escribe:
“Si yo pudiera captar este sentimiento, lo haría, esa verdadera consciencia de la realidad de nuestro mundo, cuando uno siente una soledad plena, en el silencio, lejos de toda civilización… Todo es posible y entonces, la vida es auténtica. ¿Confirma eso de alguna manera mis palabras? Me doy cuenta de que nunca he podido acercarme al vacío absoluto.”