Serie «Maison Blanche »
Memoria / Frontera / Pasajes…
« Maison Blanche », el hospital psiquiátrico más antiguo de Francia (junto con Ville Evrard), treinta y siete edificios condenados a la destrucción, algunos de ellos todavía funcionando, alojados en el corazón de un parque de árboles centenarios, en Neuilly-sur-Marne: a veces se alquila para tomar imágenes de cine, de fotografía, así descubrí este lugar.
En este lugar, históricamente cargado, fueron internados numerosos pacientes famosos como Antonin Arthaud, Camille Claudel o Gérard de Nerval. También fue un lugar de la locura, verdadera ciudad separada de la capital, que llegó a ser poblada por unas cinco mil personas en sus momentos más intensos, contando el personal y los pacientes, con sus cocinas, sus baños, sus lugares de internamiento, sus habitaciones, sus comercios.
En búsqueda de huellas, de señales, fantasmas/presencias, me enfrenté a una imagen real: un espacio vacío, desnudado, cuyos únicos rastros son las secuelas de una mudanza precipitada.
Esa realidad, que sólo puede cobrar vida en la mirada del «espectador », es también productora de un imaginario posible para él. Es este « posible » generador de poesía que me llevó a interrogar, fotografiar el significante y su lectura.
Si elegí este lugar en vez de otro, es porque contenía una historia construida en las fronteras de nuestro corpus social: la locura, a menudo designada como un lugar exterior de nuestro « entendimiento ».
Cuando me pregunté sobre la locura « visible »y sus cicatrices presentes en las paredes, no traté de definirla como algo que existiera, sino más bien como una posible conexión en nuestro imaginario colectivo.
Siempre está presente en mi mente, es una etapa posible de nuestro entendimiento débil, la locura es algo cercano; es la contrapartida de nuestra « normalidad ».
Traté de ver entonces lo que el espectador podía imaginar, lo que yo pensaba ver, utilizando la escritura fotográfica formal, quise hacer un análisis de la situación:
Un hospital desierto, una meditación contemplativa, la de una posible poesía.
Al nivel técnico, elegí unas ópticas de 35 y 24 mm digital con una utilización rigorosa de la luz natural, sin añadir otra fuente. Algunas de las imágenes se volvieron a trabajar en posproducción para acentuar su aspecto « íntimo », pero se trata de un trabajo de resultado más que de un retoque o de una manipulación. De esta forma, privilegié el trabajo de toma de imagen y su « atención » particular, tal como lo había hecho en trabajos anteriores.
« En estas fotografías, el « corte » no es un simple fenómeno mecánico. Es la única cosa que constituye la imagen, y constituyéndola implica que la fotografía sea una transformación absoluta de la realidad », y todo ello con el fin de crear una lectura fantasmal.
El revelado fotográfico de la serie «Maison Blanche» expuesto en la galería, fue realizado por Armelle Chopin en Vikart, París.